lunes, 13 de abril de 2015

Lucanus barbarossa y Dorcus parallelipipedus

Tenemos en la sierra de Guadarrama bonitos ejemplos de la línea evolutiva que desarrolló el "armamento sexual" en forma de poderosas mandíbulas para los coleópteros. Ya hablamos en una entrada anterior del máximo exponente de la familia de los lucenidos, o lo que es lo mismo, el poseedor de la mayor de las mandíbulas, el Ciervo Volante (Lucanus cervus). En esta entrada os traigo a los otros dos representantes de la familia.

El primero hizo su aparición en mi cuaderno de campo allá por julio de 2012, cuando el ejemplar de la foto se mostraba así de enfadado debido a mis manipulaciones intentando que posara para la foto. El aspecto es imponente, como el de un acorazado bien armado, de mandíbulas acanaladas y con antenas rematadas en artejos (cada una de las piezas en las que se dividen las antenas) pectinados (tipo púas de peine) que dan a su rostro una facha muy peculiar. Es un bicho muy escaso, así que encontrarse con uno es todo un lujo.

Imago macho de Lucanus (Pseudolucanus) barbarossa. Cerceda. Sierra de Guadarrama. Madrid.
En los comentarios de la entrada antes citada indicaba no haber visto todavía al Ciervo Volante Menor (Dorcus parallelipipedus), pero esta afirmación dejó de ser cierta en julio de 2014, cuando confundido por las luces de las farolas de mi porche, este ejemplar hizo su brusca aparición.
No ser muy selectivo en cuanto a la madera muerta donde sus larvas se alimentan es posiblemente parte de su éxito, siendo una especie más frecuente que los otros miembros con los que comparte familia. En cualquier caso, en ningún caso se puede considerar abundante. 

Coleóptero de cabeza soldada al pronoto, es una especie xilófaga y saproxilófaga de la parte aérea, a diferencia del más escaso Lucanus barbarossa, de hábitos subterráneos. Aunque poco estudiada, parece tener querencia por los bosques galería, donde se reblandece o pudre mejor la madera muerta. Sospecho que sus larvas pudieran tener como refugio las choperas viejas del río Samburiel, en algún punto entre Cerceda y su desembocadura en el embalse de Santillana.

Imago macho de Ciervo Volante Menor (Dorcus parallelipipedus). El Boalo. Sierra de Guadarrama. Madrid.
Insectos poco estudiados, la mayoría de las veces despreciados, ignorados en el mejor de los casos, pisoteados habitualmente, son absolutamente inofensivos y contribuyen a la diversidad y al reciclaje de la madera de los bosques caducifolios de todo el paleártico. ¿Les damos una oportunidad?

2 comentarios:

  1. Caramba, me ha parecido leer que lo habías deslumbrado con tu Porsche...Chulísimas imágenes y una descripción en un castellano que me encanta...Un abrazo.

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    1. Si, si, el porsche!! dejé el ferrari, que estaba aburrido de él... Gracias por el piropo, viniendo de ti, vale doble! Ahora me voy a Marruecos, que no lo he visto todavía...

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