domingo, 16 de diciembre de 2012

Alondra Ricotí (Chersophilus duponti)

Rello, amanecer de un recordado 08 de mayo de 2004. El páramo soriano no se ha enterado de la llegada de la primavera, el frío es helador, el rocío extiende su manto escarchado; sobre los ralos prados mestarios, a modo de azucar glass, sobre las bayas de los estoicos majuelos, a modo de vergonzosa bola de navidad, sobre la descuidada pista, a modo de quebradizo cristal. Llegamos el día anterior, ya a última hora nos topamos con su sorda muralla, débiles luces acompañaban con dificultad su silueta que se perdía por entre la densa niebla, las sólidas y pétreas calles parecían detener el tiempo... Como tantas veces por entonces, el alojamiento era lo de menos, un camastro valía y si era barato, nos valía más... Como tantas veces por entonces, no recuerdo dónde dormí... Como tantas veces por entonces, dormimos poco, a las 0530h. nos levantamos, decididos a no dejar pasar esta oportunidad, no se podía volver a escapar, desde aquel marzo de 1996 en Belchite, donde creímos escuchar su aflautado e inconfundible (ahora, no entonces) reclamo, no habíamos sido capaces de detectarla y las dudas de aquel primer contacto nos inundaban, discutíamos horas sobre si podíamos dar veracidad a un reclamo tan temprano para la especie. Ahora, años después, la doy por buena y así, la Alondra antes de Dupont, ahora Ricotí, sumó la número 285 de mi lista de aves de España, donde ya he comentado alguna vez, sigo la lista patrón de Eduardo de Juana. A la fecha, son ya 415 las observadas (unas pocas sólo oidas) por un servidor. La lista completa suma 532 especies, 349 si excluímos las accidentales (casi doscientas especies de muy difícil observación).

Entre Belchite y Barahona fueron muchas las visitas tras este fantasma de los espinosos aulagares, toscos espartales, intrincados cambronales o inhóspitos matorrales halófitos: Páramo de Masa, Duratón, Bardenas Reales, Altos de Barahona (en mayo de 2001 por primera vez), Monegros, Cabo de Gata, Hoya de Baza... todas las búsquedas se contaban por fracasos.

Desde Rello, avanzamos en coche hacía los Altos de Barahona, nuestro anhelado destino. En el trayecto, apenas un Alcaudón Meridional (Lanius meridionalis), poca cosa más. Una vez en el páramo, hizo acto de presencia el viento, racheado y molesto se sumó al frio que ya nos acompañaba largo rato. Sotaventados con la puerta abierta y colocando el coche como parapeto nos apostamos a escudriñar el páramo con nuestros telescopios. Estas alondras son "ratonas", no les gusta volar, apeonan agilmente y su visión siempre es fugaz, rara vez vuelan. Empezamos a escuchar sus reclamos, primero uno más cerca, luego alguno más alejado, en algún momento creímos escuchar al menos cinco ejemplares al tiempo!!!!. Por fín pudimos verlo, sólo uno, pero nos valía...

Tras esta aulaga ¿Genista scorpius? se dejaba ver irregularmente este desconfiado macho que emitía su característico reclamo dejándose ver "lo justo".
Alondra Ricotí (Chersophilus duponti). Altos de Barahona. Rello. Soria. Foto por digiscoping con Nikon E4500 y Optolyth 100mm.
Alondra Ricotí (Chersophilus duponti). Altos de Barahona. Rello. Soria. Foto por digiscoping con Nikon E4500 y Optolyth 100mm.
No recuerdo el tiempo que se escucharon los reclamos, pero terminaron al tiempo, todos de una vez, fueron quizá 70 minutos, una hora y media máximo el tiempo que reclamaron, luego callaron y no volvimos a saber de ellos. Como fantasmas, regresaron a su mundo, el que convive con el nuestro, pero en el que es difícil entrar. Aquel día nos dejaron hacerlo.

Las alondras no fueron lo único que pudimos observar en aquel impresionante lugar, lo más destacable quizá fue la observación de varias Currucas Tomilleras (Sylvia conspicillata), aunque no pudimos fotografiarlas, otras sí se dejaron.
Collalba Rubia (Oenanthe hispanica). Altos de Barahona. Rello. Soria. Foto por digiscoping con Nikon E4500 y Optolyth 100mm.
Bisbita Campestre (Anthus campestris). Altos de Barahona. Rello. Soria. Foto por digiscoping con Nikon E4500 y Optolyth 100mm.
Abandonamos el páramo dejándolo en su status quo impertérrito, del que espero no haya salido todavía, con el tiempo detenido, inquieta similitud con Rello. De camino al coche, un Águila Real (Aquila chrysaetos) parece reclamar su reino posándose sobre la atalaya que vigila el páramo. Enfadado, un Halcón Peregrino (Falco peregrinus) insulta al hiératico señor mientras vuela dando amplios círculos sobre él.

Como tantas veces por entonces, regresamos a Madrid con nuestros más deseados trofeos: cientos de fotos de pájaros, mala calidad y triste técnica, pero verdaderas joyas irremplazables, rara vez aparecíamos nosotros, actores secundarios de estas campañas. Como tantas veces por entonces, regresábamos cada domingo habiendo conquistado el mundo...

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Tritones

"Poseidón despertaba las tempestades al montar en su carro. Los caballos de cascos de bronce creaban con su pataleo las olas que tragan a los navíos. Los tritones de su cortejo lanzaban por sus caracolas los mugidos atmosféricos que tronchan los mastiles como cañas."
(Blasco Ibañez, Mare Nostrum)
 
Según la mitología griega, los tritones eran seres similares a los sirenos, mitad hombre y cola de pez. Como en otros muchos seres de la mitología griega, estas apariencias intermedias entre hombres y animales eran habituales y estimularon la idea de la metamorfosis. De tal modo, no es extraño que estos anfibios urodelos terminaran recibiendo este apelativo.

De entre las especies de tritones que podemos observar en la Península Ibérica, quizá la más fácil de localizar en los cuadrantes nor y suroccidental sea uno de nuestros endemismos: el Tritón Ibérico (Lissotriton boscai).

Larva de Tritón Ibérico (Lissotriton boscai). Entorno del P.N. Monfragüe. Cáceres.

Larva de Tritón Ibérico (Lissotriton boscai). Sierra de La Culebra. Zamora.
La larva de Tritón Ibérico (Lissotriton boscai) posee desde que sale del huevo las características branquias externas en forma de tres penachos (se observa en la segunda foto) y la cola perfectamente desarrollada. Por contra, las extremidades aparecen gradualmente, primero las anteriores y luego las posteriores, momento de desarrollo en el que encontramos al ejemplar de la foto superior. Todo este proceso es controlado por la tiroides, pudiendo prolongarse el estado larvario en función de las condiciones ambientales (neotenia, cuyo caso más extremo conocido es el del Axolote). Aunque esta metamorfosis no es tan espectacular como en los anuros, implicará cambios importantes como la reabsorción de la aleta de la cola, la destrucción de las branquias externas y un cambio en la estructura de la piel. En anuros, los cambios son más notables, y casi todos los órganos sufren algún tipo de modificación.
Larva de Tritón Ibérico (Lissotriton boscai) recien metamorfoseada. Linarejos. Sierra de La Culebra. Zamora.
Macho adulto reproductor de Tritón Ibérico adulto (Lissotriton boscai). Entorno del P.N. Monfragüe. Cáceres
Los tritones han sido y son quizá el mejor motivo que encuentro para detenerme en cualquier poza, charca o pilón (con permiso de los odonatos). Es una atracción irresistible para mi, no lo puedo evitar. Me parecen animales muy interesantes de biología sorprendente. Son seres rústicos de enorme adaptabilidad, lograda por la presencia de dos fases, la terrestre para épocas más secas y la acuática, la utilizada para la reproducción. La transformación que experimentan entre fases, sin ser muy acusada, es importante, destacando en la fase acuática la presencia de una aleta dorsal aplastada longitudinalmente. Siempre hay que acercarse a ellos con respeto, evitando que sufran un colapso hipotérmico por el cambio de temperatura que supone el sacarlos de la charca.
Fase acuática de macho adulto de Tritón Jaspeado (Triturus marmoratus), "hemano mayor de nuestro Tritón Pigmeo y especie más septentrional. Arribes del Duero. Salamanca.
Hembra (reconocible por la linea dorsal anaranjada) en fase terrestre de Tritón Pigmeo (Triturus pygmaeus). Valverde de la Vera. Cáceres.