viernes, 4 de mayo de 2012

Flor

De lo grande a lo más menudo, por insignificante pasa desapercibido. Cuando uno empieza en esto de la persecución incruenta de aves y demás fauna, lo habitual es empezar de lo grande a lo chico. Entre las aves, ansiamos ver a las grandes águilas y carroñeras, no reparamos en los pequeños emplumados menores de 150 gr. Con el tiempo, sin dejar de admirar a las primeras, vamos descubriendo que la mayor variedad la encontramos en las segundas. Es como empezar a caminar por la parte interior de un embudo desde lo más angosto a la más ancho y según avanzas vas encontrando mucho más de lo que suponías. También caminas hacia la complejidad. De unas pocas especies similares a decenas de ellas, como los limícolas, con su tremenda variedad de plumajes por edad, estación, variedades locales, migrantes raros, aberraciones, etc.
Soy pajarero, sí, pero he seguido la evolución habitual en los que nos "echamos al monte": De lo grande a lo menudo y saltando de "clase" taxonómica: ya no son sólo las aves, también los mamíferos, anfibios y reptiles, insectos y, ¿por qué no? saltando también de "reino", al vegetal, a la flora. Primero, sólo te interesan los árboles y arbustos más notables, justificando tu interés en la relación que estos tienen con las aves, por el ecosistema, que determina la fauna relacionada. Luego vas a menos porte, hasta que un día te descubres mirando al suelo, registrando cada palmo en busca de aquellas florecillas que antes pisabas sin saber siquiera de su existencia. Hoy, esas flores son uno de los mayores motivos que me empujan al monte, además, no dan tregua, son efímeras, no esperan...
Orchis champagneuxii. Hoyo de Manzanares. Madrid.
Serapias lingua. Hoyo de Manzanares. Madrid.
Narcissus triandrus. Colmenar Viejo. Madrid.
Fumaria officinalis. Río Perales. Navalagamella. Madrid.
Narcissus bulbocodium. Robledo de Chavela. Madrid.
No pensaba empezar con otro tipo de entradas que no fueran los "viajes al extranjero" hasta no terminar primero estos, pero...
El pasado 14 de abril hicieron diez años sin mi madre. Mi madre se llamaba Florentina pero todos la conocían como Flor.

2 comentarios:

  1. Un día divertido, con aventuras épicas como "el paso del río turbulento" y el misterioso caso de "la araña inapetente".

    Las fotos te han quedado preciosas, por cierto, especialmente la fumaria officinalis.

    ¡Hay que repetir!

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  2. ¿Repetir? Si por mi fuera, no es que saliera más, es que no entraría...

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