miércoles, 21 de marzo de 2012

Chile IV: P.N. Puyehué

Devorábamos kilómetros en nuestra ruta dirección a Chiloé y nos topábamos con maravillosos lugares que descubríamos someramente, pasando por ellos de puntillas y dejando en nosotros un sentimiento contradictorio de extraña amargura y agradable sorpresa. Ninguno defraudaba, pero no estábamos preparados para disfrutarlos, queríamos experimentarlo todo y no descubríamos casi nada, como el amante inexperto con su novia adolescente. Puyehué fue otro destino que necesita de una semana y en el que no sumamos ni siquiera un día completo.
Lugar de impresionantes bosques húmedos siempreverdes, volcanes activos, alturas nevadas y abundantes ríos, lagos y otros cauces de agua. No en vano la traducción de Puyehué es "Lugar de Peces". Coigües (Nothofagus dombeyi), Tepas (Laureliopsis philippiana), Mañio (Podocarpus saligna), Helechos del tamaño de un torso humano, conocidos aquí como Palmilla (Lophosoria quadripinnata), incluso bosques de Arrayanes (Luma apiculata)... ¡todo un paraiso botánico!


P.N. Puyehué. Región de los Lagos ó Región 10. Chile.
Tras una intensa búsqueda, envueltos por la bruma de unas nubes atrapadas literalmente por la exhuberante vegetación, empapados por la persistente lluvia, nos dejábamos los ojos siguiendo las fugaces sombras que se reían de nosotros, se escapaban y volvían por entre los Coligües (Chusquea culeou), el bambú sudamericano, en ocasiones las sombras volaban, las más de las veces, corrían. No cabía duda, su reclamo lo delataba, era el Tapaculos Chucao (Scelorchilus rubecula). Ya nos había dado esquinazo en Nahuelbuta, ya se había reido de nosotros, seguro de su caracter escondidizo. En nuestro frenesí, recordábamos a Neruda:

 
Ay qué grito en las soledades!
Voy por los bosques, anchas hojas,
gotas de lluvias o cantáridas
y se hunden mis pies en el suelo
como en una esponja mojada:
es fría la sombra que cruzo,
frío el silencio y transparente:
no pasa nadie por aquí,
por este lado de la tierra,
por estas páginas del agua:
no hay pasajeros perdidos
ni caballos, la selva sola,
la emanación de la montaña:
su cabellera triturada:
sus infinitos ojos verdes
y el chucao lanza su lanza,
su largo grito desbordante:
él rompe con su grito de agua
mil años largos de silencio
en que sólo cayeron hojas
y las raíces ocuparon
como invasores este reino.
Alta tristeza errante, canto,
campana de las soledades,
oscura flecha del chucao,
único trino sobrehumano
en la humedad enmarañada
del Golfo de Reloncaví.

Tapaculos Chucao (Scelorchilus rubecula) en mi cuaderno de campo. Ilustración de S. Villa. P.N. Puyehué. Región de los Lagos. Chile.
Satisfechos por tan notable, aunque fugaz, observación, seguimos explorando el parque, desde las alturas invernales de "Antillanca", donde nos granizó, hasta las más atemperadas cotas de "Aguas Calientes", nombre que recibe por las aguas termales, procedentes de su actividad geotérmica y que se manifiesta en sus notables volcanes, uno de los cuales entró en erupción en 2011, dejando la vecina Bariloche cubierta de una grisácea capa de ceniza.
Seguíamos sumando "Cinclodes" (Churretes). En este caso, le tocó el turno al tercero: la Remolinera Chica (Cinclodes oustaleti). De rapaces, una que nos resultó muy familiar: el Bailarín ó Elanio Maromero (Elanus leucurus).
Martín Gigante Neotropical (Megaceryle torquata). P.N. Puyehué. Región de los Lagos. Chile.
Bandurria de Collar (Theristicus melanopis). P.N. Puyehué. Región de los Lagos. Chile. Foto: S. Villa.
Aquella noche de octubre de 2007 dormimos en Puerto Montt, la entrada natural a Chiloé. Sumábamos ya 77 especies cuando todavía nos esperaba, sin duda alguna, el plato fuerte...

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